Purificación del corazón: el ayuno

Todavía recuerdo mi primer Ramadán hace 8 años…lo hice a escondidas, pues no había una buena recepción en el ambiente en el cual me encontraba en ese momento…yo no era musulmana aún y una de las cosas que más me preocupaba antes de hacer la shahada era que pensaba que no iba a ser lo suficientemente fuerte como para controlar mis impulsos como los de hambre y sed. Claro, no sabía que no solo se ayunaba de alimentos y bebidas sino de la lengua, los pensamientos y otros gestos que no fueran en inclinación hacia el bien… Así que ayunar fue la prueba que le puse a esta personalidad mía tan exigente consigo misma. Y rápidamente empecé a entender por qué decimos Allah Karím: es porque el mes de Ramadán está lleno de bendiciones y una de ellas fue ese mes, que naturalmente, mi alma en ayunas me pidió orar, para poder sostener el ayuno…así que mirando videos de YouTube empecé a rezar, ya no solo ayunaba a escondidas sino que también, rezaba a escondidas.

En ese entonces desconocía que Allah no pone sobre nuestras espaldas aquello que no podemos soportar… Ese primer Ramadán entendí que Allah en Su infinita sabiduría estableció el ayuno como acto de adoración obligatorio en el creyente, para la PURIFICACIÓN DE SU CORAZÓN. Increíble! El islam no era entonces un conjunto de reglas que hay que cumplir, o un listado de lo haram y halal…Cuántas bendiciones, Allah, Exaltado sea, puede informar la sabiduría que hay detrás de los actos que Él legisló: {¡Oh, creyentes! Se les prescribe el ayuno al igual que fue prescrito a quienes los precedieron, para que alcancen la piedad.} [Corán 2:183]….o puede hacer que otros miles de beneficios, los descubramos al experimentarlo, año tras año.

Para mí fue interesantísimo leer el hadiz del Profeta Muhammad (sas) cuando dijo: «Mucha gente que ayuna, no obtiene nada de su ayuno; excepto hambre y sed». Existen infinitos beneficios en varios aspectos del ser. Allah deja claro en el Corán que nos creó con el potencial del Bien y del Mal; que las personas que tengan mayor éxito serán las personas que purifiquen su alma y sigan sus inclinaciones por el Bien, pero las que rechacen la guía de Allah y permitan que sus pasiones lo corrompan, no tendrán éxito. Allah en Su misericordia, no nos dejó a la deriva sin saber cómo debemos purificar nuestra alma. El ayuno es una de esas maneras…

Por eso hoy pregunto: ya sea tu primer o tu décimo Ramadán, ¿Te animas a experimentar y descubrir los verdaderos beneficios del ayuno?

El ayuno es universalmente reconocido como un medio para ganar el #autocontrol, y en el Islam, también es un medio para ganar INTIMIDAD con Dios.

En la #dimensiónpsicológica, ayunar contribuye a disminuir la fuerza de nuestros deseos. Y sí que lo hace! si ayunas lo sabes bien! Porque comer hasta llenarse, saciar la sed y disfrutar físicamente en exceso, pueden llevar a una persona hacia la negligencia, la ingratitud, la superficialidad. Abstenernos de los alimentos, nos permite estar tranquilos, ligeros, y nos disciplina en el “control” de los impulsos. El hambre, la sed y la limitación de los deseos sexuales además de controlar nuestra lengua, nuestro corazón y nuestra mente, son estrategias muy eficaces para alcanzar objetivo de someter la parte de nuestra naturaleza que es mundanal y pasional.

Cada bocado que no comes, cada sorbo de agua que rechazas beber a escondidas purifica nuestra alma y ayuda adquirir el hábito de obedecer a Allah y seguir el camino de su Mensajero, derrotando los deseos del corazón, vaciándose de los instintos más bajos.

Necesitamos esta práctica del #ayuno, para ir puliendo sus capas y hacerla más dócil…Shaytan tiene una influencia más fuerte sobre las almas que a menudo se guían por el deseo, y cuando el alma abandona sus deseos, es más difícil para Shaytan tener un lugar donde obrar…

In Sha Allah este ramadán, obtengamos de él algo más que hambre y sed, ¡Anímate a descubrir los verdaderos beneficios del ayuno!

{“Juro por el Sol cuando resplandece, (…) por el alma y su armonía, [Dios] le enseñó [al ser humano] a distinguir entre el pecado y la conciencia de Dios. ¡Será bienaventurado quien purifique su alma [apartándola de los pecados], pero será un desventurado quien la abandone a sus pasiones!”} (Corán,97:1,7-10)

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