Ha dicho el profeta Muhammad, paz y
bendiciones sean con él, que los musulmanes somos como un cuerpo, pues
cuando una parte de él sufre, el resto lo siente, y también sufre.
Este
proyecto surge debido a las consultas que he recibido a lo largo de los
años, de muchas mujeres musulmanas hispanohablantes que tienen
diferentes tipos de dificultades. Consultas por muy variados temas tales
como: «Desde que abracé el islam mi familia no me habla, ¡Me siento excluida!», o “Soy madre soltera, me echaron de mi trabajo, tengo demasiadas responsabilidades, ¿Por qué todo me pasa a mí?». Además: “Mi hija está rebelde, no sé cómo lidiar con ella», y también: “Me siento muy sola, ¡Soy la única musulmana en mi ciudad!», y «¿Cómo le pongo limites a mi hijo?«. También situaciones como: “Necesito ayuda, vivo fuera de mi país, en una cultura muy diferente y me siento deprimida», o “No
logro entenderme con la familia de mi esposo, eso me frustra mucho,
siento rabia y no sé cómo hacer para que no afecte mi matrimonio». “Mi pareja no me escucha, me siento desdichada». “¿Por qué no tengo pareja?», “Mi marido está deprimido, tiene una disfunción sexual…»
¿Te
resultó conocida alguna de estas preguntas? Déjame contarte que ya sea
porque se las escuchaste a alguien, o porque te has identificado con
alguna de ellas, estas situaciones requieren de atención psicológica.
¿Sabes por qué? Porque detrás de estas preguntas, hay un sistema de
creencias basado en la experiencia de vida de la persona y en cómo
creció, y si lo que se aprendió antes, hoy ya no funciona, se puede
mejorar.
Existe una estrecha relación entre los pensamientos, la
forma en que se interpretan las situaciones que se viven, y la conducta
que se tiene a partir de eso. Una persona puede elegir entre adoptar
una postura de victimizarse a sí misma, o tomar las riendas de su vida y
entender que si bien no se puede cambiar al otro, tiene el poder y el
control de modificar su actitud y su visión respecto de lo que sucede. Y
tal vez, influir en la conducta del otro, una vez se encuentre mejor.
Aquí, el trabajo que hacen los profesionales de la salud como yo, es
fundamental.
Algunas mujeres que habían realizado consulta
psicológica por estas y otras problemáticas, reportaron que tenían
limitados beneficios e incluso en muchos casos, se sentían perdidas o se
veían perjudicadas por la falta de comprensión del psicoterapeuta:
1) Muchas veces se indicaban estrategias incompatibles con las creencias religiosas pues se estimaba que eso era lo mejor para la paciente.
2) En algunos casos, se precipitaba a recomendar un divorcio, separación o mudanza sin conocer los procedimientos y valores islámicos, lo cual podía no ser positivo para la familia
3) Generalmente se desconocían, desestimaban o subestimaban sus prácticas religiosas, y no incluirlas en las estrategias era perjudicial.
4) El enfoque secular hacía que la persona se sintiera que ella era «responsable» de todo, al estar desconectada de un Creador.
5) Se adjudicaba a la propia religión, la causa de todas sus desgracias.
Es por esto y más, que a través de este proyecto, consideramos de extrema importancia dar a conocer la psicología desde la perspectiva islámica, y los servicios que podemos prestar para que estas situaciones dejen de suceder.
Los
musulmanes deben poder contar con apoyo y asesoramiento psicológico,
por eso aquí se ofrece un lugar en el que puedan sentirse como en
casa. Y como verás, hasta los referentes más reconocidos afirman que es
una necesidad clara en la comunidad. Y tú, sabes que es posible el
cambio, y es necesario.
Ayudar a los demás es fomentado en el
islam. El trabajo del psicoterapeuta, consejero o asesor, como muchos
otros trabajos, es beneficioso para una crear una sociedad mejor. Este
proyecto, es nuestro grano de arena a la comunidad islámica, y a la
sociedad en general.